Terrestres

Al igual que en el ambiente acuático, los animales terrestres pueden vivir en diferentes lugares. El cuerpo de los animales terrestres está preparado para arrastrarse, caminar, correr, trepar o volar, según el lugar de la tierra en que viven. Los animales terrestres toman del aire el oxígeno que necesitan para vivir; casi todos respiran por pulmones y se alimentan de plantas y de otros animales. Algunos son enormes y otros muy pequeños. También hay animales que inmediatamente después de nacer pueden valerse por sí mismos y oros, más dependientes, tienen que ser ayudados por sus padres hasta que aprenden a sobrevivir solos. Hacia 1950 los ecólogos elaboraron la noción científica de ecosistema, definiéndolo como la unidad de estudio de la ecología. De acuerdo con tal definición, el ecosistema es una unidad delimitada espacial y temporalmente, integrada por un lado, por los organismos vivos y el medio en que éstos se desarrollan, y por otro, por las interacciones de los organismos entre sí y con el medio. 

En otras palabras, el ecosistema es una unidad formada por factores bióticos (o integrantes vivos como los vegetales y los animales) y abióticos (componentes que carecen de vida, como por ejemplo los minerales y el agua), en la que existen interacciones vitales, fluye la energía y circula la materia. Un ejemplo de ecosistema en el que pueden verse claramente los elementos comprendidos en la definición es la selva tropical. Allí coinciden millares de especies vegetales, animales y microbianas que habitan el aire y el suelo; además, se producen millones de interacciones entre los organismos, y entre éstos y el medio físico.





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