También llamados basiliscos, tienen la notable
habilidad de ser capaces de caminar sobre la superficie del agua. Sus patas
posteriores están provistas de unos lóbulos dérmicos que funcionan como aletas,
los cuales aumentan la superficie de apoyo sobre el agua. Estos son enrollados
cuando el animal camina por tierra. Si el animal afronta el peligro, comienza a
correr muy rápidamente sobre la superficie de un río o un lago, entonces las
aletas de sus pies traseros se abren permitiendo aumentar su superficie de
apoyo y así correr sobre el agua. Sin embargo, al decrecer su velocidad, el
basilisco se hunde y tiene que nadar del modo normal de cualquier otro lagarto.
Debido a esta habilidad, se decía que tenía poderes sobrenaturales. En Ecuador se les conoce como piandes y en Colombia como pasarroyos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario