En las profundidades
del océano Índico existe una especie de caracol que ha incorporado el hierro de
las aguas a su concha, creando así una armadura escamosa que lo protege de los
depredadores.
En las fumarolas donde
habita a 3000 m de profundidad, 60 ºC de temperatura y con una acidez similar a
la del vinagre, se concentran grandes cantidades de sulfuros férricos (pirita,
marcasita) e incluso hierro metálico, por lo que no es extraño que los
organismos de allí acaben asimilándolos.
La corteza de hierro de este molusco gasterópodo está aportando ideas a los investigadores que podrían dar lugar a materiales más fuertes para elaborar cascos de avión, automóviles y equipo militar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario