Se trata del axolote mexicano (Ambystoma mexicanum), un extraño y curioso anfibio que nunca crece, conserva durante toda la vida su aspecto de renacuajo y, si pierde una extremidad, esta le vuelve a crecer rápidamente. De ahí que se le considere «eternamente joven » y reciba el apodo de «Peter Pan del mar».
El hecho de que no experimente metamorfosis y no madure se debe a que su glándula hipófisis no libera una hormona que activa las glándulas tiroides. Administrándole hormonas tiroideas, concretamente tiroxina, los científicos han conseguido que madure, desarrolle pulmones y se transforme en una forma adulta que no existe en la naturaleza.
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